domingo, 29 de junio de 2014

Maracaibo: de colección

Los coleccionistas encontraron un paraíso particular en Maracaibo
(Fotografía José Gregorio Marcano)
Lo primero es atravesar la gran puerta marrón que divide ambos mundos: uno exterior, caluroso y pleno de luz; el otro, al cual se accede a través de un pasillo, nos conduce al paraíso de las maravillas: la Séptima Convención de los Coleccionistas de Maracaibo.

Lo primordial, antes de ingresar, es planificar cuidadosamente cuánto estamos dispuestos a gastar. No hay que hacerlo dentro de la exposición, pues se corre el riesgo de comprar impulsivamente y derrochar nuestro capital. Coleccionar requiere invertir dinero y es mejor hacerlo de una manera racional. 


Memorabilia de una cerveza tradicional zuliana.
(Fotografía: José Gregorio Marcano)
Los mesones, dispuestos en forma de herradura en el salón Kavac del hotel Kristoff, se muestran espléndidos en su oferta de los más disímiles objetos coleccionables. Este año, 28 expositores de diferentes lugares de Venezuela exhiben llamativas piezas, tales como monedas, billetes, botellas, estampillas, tarjetas telefónicas, barajitas de beisbol, juguetes, discos de vinil, revistas y antigüedades. 

Los compradores lo conforman principalmente adultos, si bien no faltan algunos niños y jóvenes apenas iniciados en el arte de coleccionar. La estrategia base consiste en realizar un recorrido para identificar posibles objetos de interés y luego concretar la compra. No obstante, al reconocer una pieza susceptible de ser adquirida, lo mejor es tratar de negociar un precio aceptable y no esperar, pues se corre el riesgo de que otro comprador más avezado la obtenga para sí.


Objetos para todos los gustos se ofrecieron a los coleccionistas
marabinos. (Fotografía: José Gregorio Marcano)
La Convención de Coleccionistas de Maracaibo ha ido consolidándose y en cada ocasión sorprende con sus propuestas. La quinta edición, por ejemplo, estuvo dedicada temáticamente al Banco de Maracaibo en su 130 aniversario y homenajeó a José De Donato, quien fuera uno de los coleccionistas más reconocidos de la capital zuliana, creador de Numislago. El año pasado, en su sexta edición, tuvo como invitado especial al ex grande liga y jugador exaltado al Salón de la Fama Luis Aparicio, que además ofreció autógrafos. En esta oportunidad, el número de vendedores y el espacio de exposición creció significativamente, lo cual es un buen indicativo de la receptividad por parte del público.

Quienes desean adquirir objetos con ánimos de colección y no pudieron asistir a la Convención, cada tercer sábado de mes el Centro Comercial Costa Verde, ubicado en la avenida Bella Vista de Maracaibo, recibe a un pequeño grupo de vendedores que siempre (se los aseguro con total conocimiento) tienen algo que puede interesarles.

Para mayor información acerca de vendedores o del evento, pueden escribir al correo electrónico: convencionmcbo@gmail.com

Esa pasión por acumular objetos


Una vieja máquina de escribir portátil entre los
"tesoros" por descubrir. (Fotografía José G. Marcano)
Coleccionismo, según la Real Academia de la Lengua Española, es la afición a coleccionar objetos; es decir, agruparlos y organizarlos atendiendo a un interés particular. 

De esta actividad se tiene referencia desde 5.000 años antes de Cristo (A.C).  De hecho, muchos personajes famosos se destacaron también como apasionados coleccionistas. En el siglo VII A.C., el rey asirio Asurbanipal guardó copias de registros y documentos antiguos en su biblioteca real de Nínive. Tolomeo II, faraón que gobernó Egipto entre 285 y 246 A.C., fue un impulsor de las ciencias y las artes, pero además un buen acumulador de manuscritos, obras pictóricas y animales exóticos. El Duque de Florencia y Primer Gran Duque de Toscana, Cosme I de Médici, se dedicó durante el Renacimiento a reunir antigüedades y echó así los cimientos del célebre museo de Florencia. El escritor Montaigne coleccionaba la letra de sus amigos y de los personajes que admiraba, al igual que Goethe, la reina Victoria de Inglaterra, el escritor Stefan Zweig, el presidente nortamericano Franklin Roosevelt y hasta Bill Gates. Por su parte, Sigmund Freud poseía una importante colección de antigüedades de las culturas griega, romana y egipcia, mientras que Picasso y Matisse coleccionaban arte africano.


Los suplementos infantiles se han convertido en
objetos de culto. (Fotografía: José G. Marcano)
Algunos investigadores orientados hacia el campo del psicoanálisis han determinado diversas motivaciones para coleccionar, desde una vinculación con instintos sexuales de la etapa anal hasta la derivación del impulso de agresión.  Otros han relacionado el coleccionar a necesidades tempranas de apego sin cubrir, al interés por explorar y a la búsqueda de estabilidad personal. Se le ha explicado como una defensa frente a emociones negativas, como una función narcisista esencial para el mantenimiento de la autoestima e incluso se le ha conectado con el sentido de preservación, restauración, historia y continuidad. No faltan quienes lo han estudiado como inversión financiera y hasta como adicción. 

Según la revista Muy Interesante (01/06/2005), las personas que coleccionan cosas, desde metras hasta costosísimas obras de arte, se sienten impulsadas principalmente por un deseo de realización personal. Asegura esta publicación que el placer asociado a la posesión de un conjunto de cosas radica en la acumulación, por encima de la necesidad, y que cada objeto es significativo en la medida en que es rico en historia y en asociaciones imaginarias y reales. 


Una búsqueda acuciosa puedo conducir a notables descubrimientos
para un coleccionista bien formado. (Fotografía: José Marcano)
Independientemente del origen de la necesidad de acumular cosas, estimular el coleccionismo en edades tempranas se ha considerado beneficioso, tal como lo asegura la psicóloga Anna San(1), debido a que impulsa a los niños a desarrollar habilidades beneficiosas para su vida adulta. Entre esas habilidades se señalan el orden, necesario para controlar las piezas conseguidas y las que faltan; la responsabilidad, pues fomenta el cuidado de sus cosas y el control del dinero para poder pagar su colección; el respeto, ya que a partir de lo propio aprende a apreciar las pertenencias de los demás; la organización, la constancia y la memoria. 

Como coleccionista que he sido desde mi infancia, la considero una afición que brinda muchas satisfacciones, además de conocimiento. Quienes coleccionan, generalmente buscan información acerca de los objetos que atesoran y ello les brinda amplias oportunidades de crecimiento personal e intelectual. Además, el poder compartir con otras personas nuestra pasión es muy estimulante. Lo importante es no dejarse llevar por una acumulación sin control y, mucho menos, permitir que esto se convierta en una obsesión, pues puede afectar seriamente nuestras finanzas y equilibrio emocional.

(1) Portal FiranewsEl placer de coleccionar, noviembre de 2012.

Botellas, monedas y antigüedades se encuentran entre los objetos
coleccionables. (Fotografía: José Gregorio Marcano)
Los juguetes tienen gran demanda entre los adultos nostálgicos.
(Fotografía: José Gregorio Marcano)
Los vendedores pueden convertirse en buenos asesores para los
potenciales compradores. (Fotografía: José Gregorio Marcano)
Ipostel se ha convertido en un invitado permanente en la Convención
de Coleccionistas de Maracaibo. (Fotografía: José Gregorio Marcano).