sábado, 23 de noviembre de 2013

Dos señores de la actuación: los Calderón

Don Luis Calderón. Fuente: archivo RCTV
El pasado mes de octubre se cumplieron 100 años del nacimiento de Luis Calderón, uno de los actores que forjaron la televisión venezolana y que, injustamente, su nombre ha quedado en el olvido.

Calderón formó parte de esa legión de pioneros que dejaron su país natal e hicieron de Venezuela una segunda patria. Nació el 19 de octubre de 1913 en España y dedicó 50 años de su vida a la actividad artística, 20 de los cuales transcurrieron en Radio Caracas Televisión (RCTV), antes de su retiro de la actuación.

Se conoce muy poco de su trayectoria profesional, pero sí se sabe que se inició en la televisión venezolana en Televisa, donde hizo pareja con Zoe Ducós en la comedia El ojo de la cerradura. Posteriormente, dirigió artísticamente y protagonizó con éxito el ciclo Teatro del Hogar, actividad que compartió simultáneamente con trabajos en la radio y el teatro.

En 1959 pasó a integrar el elenco de RCTV. Allí intervino en uno de los grandes éxitos de la década del 60: Renzo el gitano, protagonizada por Oscar Martínez y Eva Moreno, donde encarnaría al recordado Conde Farnesio, uno de los mejores roles de su amplia trayectoria. También actuó en telenovelas como Historia de tres hermanas, La Usurpadora, Sacrificio de mujer, Raquel, La indomable y La Fiera, junto a Doris Wells, Eva Blanco, Marina Baura, Raúl Amundaray, Elio Rubens y José Bardina, entre otros grandes de la época. En teatro estuvo en el elenco de La Ratonera, junto a Marina Baura.


Fuente: diario Panorama
Su acento español nunca lo perdió y era un atractivo adicional, sobre todo cuando le tocó encarnar a sacerdotes.

En 1970 Calderón estuvo al borde de la muerte debido a graves padecimientos renales y luego de una larga espera, logró el ansiado trasplante de riñón —donado por su hermana— que le permitió alargar su carrera profesional.

Uno de sus últimos trabajos dramáticos fue en el cine, en la película El Regreso de Sabina (Antonio García Molina, 1980), la cual no recibió buenas críticas.

El actor se retiró de la actuación en 1981 y se radicó en Madrid junto a su esposa. Sus deseos de regresar a Venezuela para visitar a sus hijos Olga, Arturo y Alberto se concretaron 15 días antes de su deceso. Una fuerte dolencia cardíaca motivó a sus familiares a internarlo en una clínica caraqueña y luego de ser intervenido de urgencia de cinco aneurismas en la aorta —según reseñó la prensa (1)—, dejó de existir en la madrugada del 16 de octubre de 1984, a tres días de su cumpleaños número 71. Su muerte fue lamentada en el medio del espectáculo, donde supo ganarse el respeto y cariño de sus compañeros.

Arturo Calderón. Fuente: archivo RCTV
El ilustre apellido también tuvo un destacado representante artístico en otro intérprete, esta vez venezolano: Arturo Calderón, nacido en Borojó, estado Trujillo, en 1919, quien logró hacerse de un nombre respetado como actor de carácter en varias producciones dramáticas televisivas y tuvo una relevante intervención en el cine nacional durante las décadas de los 70 y 80.

Uno de sus roles más recordados fue el de Juan Primito, en Doña Bárbara, producida por RCTV en 1974, con Marina Baura y Elio Rubens como pareja protagónica. Sin embargo, también encarnó entrañables personajes en Cristina y La hija de Juana Crespo.

Marina Baura y Calderón personificando a Juan Primito en Doña
Bárbara,
quien  ahuyentaba a los rebullones que revoloteaban
alrededor de El Miedo. Fuente: El Nacional
Otro hito dentro de su carrera fue José Francisco Gallardo, mártir de la resistencia en la telenovela Estefanía, el cual le valió diversos reconocimientos de la crítica y el cariño del público. Entre su amplia trayectoria actoral se incluye además las actuaciones en Días de infamia, Azucena, Topacio, Cristal, La intrusa, Mi amada Beatriz, Mansión de Luxe y Señora.

En RCTV, su casa durante muchos años, intervino en los unitarios Cuento de Navidad, versión del clásico de Charles Dickens; Dios se lo pague, junto a Raúl Amundaray y Pierina España; y en el Ciclo de Rómulo Gallegos.

En el film La quema de Judas, de Román Chalbaud (1974).
Sin embargo, es en el cine donde su presencia se hizo una constante, en roles secundarios pero que él resolvió con su veteranía y profesionalismo acostumbrados. Su amplia trayectoria fílmica incluye varios títulos bajo la dirección de Román Chalbaud: La Quema de Judas (1974), Sagrado y Obsceno (1976), El Pez que Fuma (1977), Carmen la que contaba 16 años (1978) y La oveja negra (1987).

Junto al malogrado actor Javier Zapata,
en La Oveja Negra. Fuente;: revista Encuadre
Además actuó en Trampa inocente (Ozziel Rodríguez, 1977), La Empresa Perdona un Momento de Locura (Mauricio Wallerstein, 1978), Compañero de viaje (Clemente de la Cerda, 1980), El regreso de Sabina (Antonio García Molina, 1980), Domingo de Resurrección (César Bolívar, 1982), El Violinista (Betty Kaplán, 1981), Carpión Milagrero (Michel Katz, 1983),  La hora del tigre (Alfredo Lugo, 1984) y Operación Billete (Olegario Barrera, 1987), esta última junto a Tomás Henríquez.

Arturo Calderón falleció en la noche del 24 de agosto de 1989 (2), a los 70 años de edad, luego de venir sufriendo serios quebrantos de salud. Su desaparición dejó gran pesar entre sus colegas y amigos, de quienes supo ganarse el respeto y el cariño sincero, así como un gran vacío en el medio artístico nacional.

La corta memoria del venezolano ha dejado a un lado a estas dos figuras del espectáculo local, maestros en lo que actuación y profesionalismo se refiere. Un triste destino que ha recibido el trabajo de muchos de los pioneros de nuestra televisión y que ya es momento de empezar a resarcir, para beneficio de las generaciones venideras.

(1) Diario Panorama, 17/10/1984, p. 61(2) Diario Panorama, 26/08/1989, p. 3-8