Kim Novak imprime sus huellas en el famoso
teatro Grauman, en 2012.
Durante la ceremoria para imprimir las
huellas de sus manos en el Teatro Chino de Grauman, en abril de 2012, una
irreconocible Kim Novak se hizo presente y fue motivo de comentarios en el
lugar. A juzgar por su renovada imagen, a la veterana actriz se le había ido la
mano en aquello de “refrescar” su rostro, ese de belleza clásica que tanto impresionó
a varias generaciones de cinéfilos.
Era el rostro — ¿o más bien la
máscara?— de una sobreviviente. Junto a Mamie Van Doren, es de las pocas que aún
vive, luego de la explosión de rubias símbolos sexuales emergidas durante la
década de los 50, aunque hace más de dos décadas que no participa en película
alguna.A pesar de su aparente
fragilidad, también se ha sobrepuesto a un cáncer de mama, anunciado por ella
misma en el año 2010; y al trastorno bipolar que la aqueja.Y, sí, es una de las últimas de las grandes estrellas
que no ha escrito un libro de memorias. Hace años empezó uno, pero las notas que
había acumulado fueron destruidas en un incendio y ella nunca volvió a retomarlas.
«Se puede hablar de la vida», dijo en
una reciente entrevista. «O se puede
vivir». Las evidencias parecen apuntar a que ella escogió lo segundo.
Una sensual imagen de la actriz. Fuente: Internet
Nacida como Marilyn Pauline Novak el
13 de febrero de 1933, este año arriba a su octogésimo aniversario. Era apenas
una estudiante de arte en Chicago cuando comenzó a modelar, a dar los primeros
pasos por el camino que la llevó finalmente a Hollywood. Los cazatalentos del
magnate de la Columbia Pictures,
Harry Cohn, la descubrieron como la ganadora de un concurso de belleza: "MissDeepfreeze".
Captada para desarrollar una carrera cinematográfica en la meca del cine, luchó
con Cohn cuando este quiso cambiar su nombre por el de Kit Marlowe, bajo el
argumento de que «nadie va a querer ver a
una chica con un nombre polaco». Por supuesto, no se quería una comparación
con la otra rubia del momento, Marilyn Monroe. Ella insistió en conservar su
apellido y, al final, el nombre de Kim fue aceptado como un compromiso.
William Holden y Kim en Picnic
Novak tuvo su primera interpretación
fílmica en la cinta Pushover (Richard
Quine, 1954) y luego, en Phffft!
(Mark Robson), también de ese mismo año, junto a Jack Lemmon y Judy Holliday.
Su gran oportunidad vino de la mano de Joshua Logan, con la película Picnic (1955), donde hizo pareja junto a
William Holden. La química entre ambos traspasó la pantalla y el éxito no se
hizo esperar. En la historia, ella era Marjorie 'Madge' Owens, una
belleza del pueblo cuyo novio era hijo de una de las influyentes familias
locales. Sin embargo, la llegada del don nadie encarnado por Holden le hace
cambiar sus perspectivas para huir tras el verdadero amor. Por este rol, Kim
ganó el Globo de Oro a la nueva estrella del año en el renglón actriz y fue
nominada como mejor actriz al premio Bafta. La cinta conteníaademás actuaciones sobresalientes de Rosalind
Russell y Susan Strasberg.
Kim
Novak y William Holden bailan sensualmente en Picnic
La actriz como Jeanne Eagels.
Sus siguientes apariciones
cinematográficas ayudaron a consolidar su carrera: protagonizó junto a Frank
Sinatra el clásico El hombre del brazo de
oro (Otto Preminger, 1955); The Eddy
Duchin Story (George Sidney, 1956), Jeanne
Eagels y Pal Joey (ambas dirigidas
por Sidney en 1957), esta última nuevamente emparejada junto a Sinatra y
haciendo la oposición a una ya madura Rita Hayworth.
En 1958 fue seleccionada por Alfred
Hitchtcock para encarnar el doble papel de Madeleine Elster / Judy Barton en el
clásico Vértigo. En realidad, no
había sido la primera opción para este personaje, pues como el mismo Hitchcock
habría confesado, fue escogida porque Vera Miles había quedado embarazada.
En una entrevista paraSight
& Sound, publicada en 2012, Novak explicaba que ella no estaba
preparada para su carrera como actriz, pues «no
tenía idea de lo que era estar frente a una cámara». Agregó: «No sé tomar direcciones fácilmente. Por lo
tanto, lo que estaba pasando en Vértigo era mucho lo que estaba pasando en mi
vida en ese momento». Se refería a su confrontación con el rígido sistema
de estudios de la época.
Madeleine y Judy se disputan el amor
de James Stewart en Vertigo.
En una franca conversación difundida por
la revista Seven del diario Sunday Telegraph, en 2012, Kim aclaró
una supuesta pelea en el set entre ella y Hitchcock durante la filmación de este
clásico del séptimo arte. La estrella cuenta que dijo a Edith Head, la
legendaria diseñadora de vestuario en la película, que no le gustaba el traje
gris y los zapatos negros que estaba previsto llevar en la primera parte de la
historia, pensando que eran demasiado pesados y rígidos para su personaje. La
diseñadora soltó una pequeña carcajada y le dijo: «¿Por qué no te vas a discutir eso con el señor Hitchcock?». Fue
así como se programó una reunión con el director, quien de entrada le indicó: «Siéntate y dime qué es lo que no te gusta
de ellos.» Ella recordaba claramente lo que ocurrió:
“…así
lo hice, y me permitió seguir sobre el traje. «Se ve muy reglamentado, se ve
como algo que tienes que andar muy rígido, es casi como un uniforme militar. Y
los zapatos, me siento como que estaría incómoda con zapatos negros, porque me
he sentido siempre cuando uso zapatos negros que se siente a tierra y me gusta
sentirme parte del aire, no de la tierra. »
Él
escuchó por completo a todo lo que dije y al final de la discusión dijo: «Va a
llevar el traje gris y va usar los zapatos negros. Gracias por hablar conmigo,
pero yo soy el director.» Y le dije, «Gracias por escuchar lo que tenía que
decir y si eso es lo que quieres voy a encontrar una manera de hacer que
funcione.»... Pensé: «Él sabe mi punto de vista, tiene que haber una razón por
la que va a funcionar». Él quería que yo sintiera la incomodidad como Madeleine.
Y, por supuesto, ella debía sentirse de esa manera porque en realidad es Judy,
haciendo el papel de alguien, de modo que el borde de la incomodidad me ayudó
con el personaje."
Lejos de resentir la directriz, Novak
recuerda que «él me escuchó», algo
que los directores y los magnates de Hollywood de la época casi nunca hicieron con
la joven actriz.
Aunque Vértigo fue elegida recientemente por la influyente revista Sight & Sound como la mejor película
de todos los tiempos, en su momento fue considerada como un fallo dentro de la
filmografía del director inglés y la actuación de Kim recibió una tibia
respuesta. Menos de una década después de protagonizar una de las películas más
queridas de la historia, Novak ya había tenido suficiente y se despidió de
Hollywood.
Ya en 1957 había entrado en conflicto
con Harry Cohn, quien le pidió poner fin a su romance con Sammy Davis Jr., algo
con lo cual ella no estuvo de acuerdo, pero de igual manera la relación no
duró.
Las cintas que protagonizó durante la
década de los 60 no fueron exitosas y después de rodar Las aventuras amorosas de Moll Flanders (Terence Young, 1965) se
retiró por un tiempo. Regresó tres años
más tarde con La leyenda de Lylah Clare
(Robert Aldrich, 1968), pero también resultó un fracaso. Poco a poco fue
espaciando cada vez más sus apariciones fílmicas, que lamentablemente fueron en
películas de escaso interés. En 1965 se casó con Richard Johnson, pero el matrimonio
duró solo un año.
A pesar de que una vez estuvo entre las
estrellas taquilleras, nunca fue nominada a un Oscar y, tal como Marilyn
Monroe, luchó contra las estereotipos en que quisieron encasillarla como
atractiva rubia de Hollywood.A
diferencia de la Monroe, la belleza de Kim era más fría y distante.
Finalmente encontró las presiones
emocionales de la industria hollywoodense demasiado difíciles de soportar, y se
trasladó a Big Sur para pintar. Actuó esporádicamente desde entonces, pero las
películas en las que intervino en los años siguientes no fueron buenas, motivo
por el cual se fue orientando hacia la televisión, aprovechando las
oportunidades que se le ofrecían en este medio de participar en proyectos de
mayor calidad o con mayores perspectivas de audiencia. No obstante, su carrera
nunca recuperó su impulso inicial.
En1976
se casó de nuevo con Robert Malloy,
un veterinario equino hoy retirado. Actualmente vive con su marido en sus casas
de California y Oregon, donde cría caballos y llamas, rodeada de la naturaleza.
También retomó su primer amor, el arte; y se dedica a pintar con pasión
En 1977 rodó con Charles Bronson El desafío del búfalo blanco (dirigida
por J. Lee Thompson); en 1979, Gigoló (David
Hemmings), con Marlene Dietrich y David Bowie; y en 1980 participó en El espejo roto (Guy Hamilton),
adaptación de un relato de Agatha Christie con un largo elenco de veteranos
actores entre quienes figuraban Angela Lansbury, Elizabeth Taylor, Tony Curtis
y Rock Hudson.
Kim en una imagen de 1980.
En los 80, Kim estaba prácticamente
retirada, pero sin embargo participó en series de televisión como Malibú (1983), Alfred Hitchcock presenta (1985) y como estrella invitada durante
16 episodios en la famosa Falcon Crest,
en el rol de Kit (¡vaya coincidencia!) Marlowe.
El año pasado, Kim decidió comprar una
página de la revista Variety, tras
asistir a una proyección de la película The
Artist, para publicar su opinión sobre el uso, para ella vergonzoso, del Love Theme que Bernard Herrmann compuso
para la banda sonora de Vértigo.
«Mi
trabajo ha sido violado por The Artist.
Esta película ha usado la canción de amor de Vértigo y ha empleado las emociones que provoca como propias», aseguró
Novak en Variety, añadiendo que «Alfred Hitchcock y Jimmy Stewart no pueden
hablar por ellos mismos, pero yo sí. Fue nuestro trabajo el que, de forma
consciente o inconsciente, evoca las memorias y sentimientos del público en el
clímax de The Artist". La actriz remató su queja con un contundente «¡Debería darles vergüenza!».
La actriz tal como lucía
en el 2004.
Hazanavicius, sorprendido por el
ataque de Novak, defendióel
controvertido uso de la canción por parte de la película: «El filme se inspiró en el trabajo de Hitchcock, Lang, Ford, Lubitsch,
Murnau y Wilder. Amo a Bernard Herrmann, su música ha sido empleada en
numerosas películas y estoy encantado de haberla usado en la mía. Respeto mucho
a Kim Novak y lamento que ella no esté de acuerdo».
En la entrevista publicada en 2012 por
Sunday Telegraph, Kim hablaba acerca
de sus pensamientos relacionados con su retiro de Hollywood: «¿Hice lo correcto al irme? ¿Salí cuando no
debía? Ahí es cuando me pongo triste», confesaba.
En abril de 2012, durante el TCM Classic Film Festival, confesó ante
una audiencia de 300 personas que padecía de un trastorno mental: «Soy bipolar... pero hay medicamentos que
puedo tomar para este momento», dijo Novak. «No fue diagnosticado hasta mucho más tarde. Voy por más de la
depresión que la parte de la manía.»
Una triunfante Kim Novak durante la ceremonia de
impresión de sus huellas en el teatro chino de Grauman.
Abril de 2012.
-
- Yo siempre he sido vulnerable y
siempre quise quedar vulnerable, porque eso es lo que te hace disfrutar de la
vida también. Si das hasta que te rindes, estas abierto a la alegría y a la
belleza de la vida. Si pudiera volver atrás, probablemente no leería las
críticas. Pero es difícil, porque quieres mejorar. Te sientes como, bueno,
ellos deben saber. Por desgracia, no siempre se sabe. La historia ha demostrado
que no necesariamente tienen razón.
Cuando se le preguntó si volvería a la
actuación, ella simplemente se encogió de hombros: «No, en realidad no.» «¿Sólo uno más?», le insistió el periodista.
Ella solo rio y habló de su vida en el país, pintando, montando su caballo
todos los días. Y recordó su última participación en el cine en 1991, cuando
tomó un pequeño papel en Liebestraum,
una película del director Mike Figgis. Allí encontró, una vez más, a otro
director reacio a discutir y participar en el proceso con ella. «Le dije: “Ah, el mismo viejo Hollywood. Yo
no necesito esto”». Y desde entonces no ha vuelto a actuar.
Cromo obsequiado por la marca
de cigarrillos Carta Blanca
Hace ya 20 años, en
una rápida visita a Coro, estado Falcón, me topé con unas particulares postales
exhibidas dentro de la vitrina de un establecimiento, en un poco conocido minicentro
comercial. Eran muy pequeñas, pero sus románticas imágenes de mujeres de
principios del siglo XX de inmediato me cautivaron. No estaban en venta —“Solo son para decorar la vidriera”, me
dijo la dependiente—; pero, luego de un largo proceso de persuasión, logré
convencerla de que me las vendiera. “Me
va a matar la dueña”, me aseguró, pero no creo que eso haya sucedido. De
unas 50 de ellas que se encontraban en exhibición, apenas logré hacerme de
cuatro, así que no creo que la propietaria haya advertido la falta.
Cromo obsequiado por la fábrica de
cigarrillos Lzo. A. Marturet, Caracas.
Para mi sorpresa, estos
cromos eran un obsequio de una empresa tabacalera, lo cual explicaba sus
pequeñas dimensiones. Pronto supe que la costumbre de coleccionar estas estampitas
se remontaba en nuestro país a las últimas décadas del siglo XIX y principios
del siglo XX, lo que se mantuvo hasta los años 40. No obstante, todavía en los 70
y 80, algunos caramelos y golosinas las incluían en sus envolturas, así como
tatuajes autoadhesivos.
Según Carlos Eduardo
Misle (Caremis), insertar barajitas
en las cajetillas era una estrategia mercadotécnica de amplio uso por parte de afamadas
fábricas cigarrilleras venezolanas, tales como La Especial, La Hidalguía, Fama de Cuba, Vuelta Abajo, La industrial
Cigarrera y otras de Caracas, así como las también nacionales de Maracaibo
y Valencia. En ellas aparecían fotografías
de monarcas y jefes de Estado, mariscales, almirantes y escenas bélicas;
también se resaltaban mujeres muy bellas (como las que yo compré en aquella
ocasión) y famosos escritores, compositores, científicos, artistas y pintores
de fama mundial.
Cromo cortesía
de Lzo. A Marturet
Gilberto Guillén,
autor del blog venezuelancards.blospot.com,
señala que las barajitas en Venezuela —como producto destinado a atraer
clientes— fueron creadas con la intención de dar publicidad a las diferentes
marcas de cigarrillos que se producían en el país, una práctica que adoptaron otras
casas comerciales, que las incluían como obsequio. Esto produjo un auge súbito,
que vio nacer un nuevo tipo de coleccionismo nacional, según recuerda Caremis:
“Presentadas en
pequeñas y maravillosamente nítidas fotografías, propicias a ser ampliadas para
murales de exposición; posteriormente pasaron a magníficas impresiones, cuando
se acentuó la demanda por el crecimiento demográfico de nuestro país, y también
porque el interés ofrecido por las barajitas alcanzó a adolescentes, y a los
adultos. Entre éstos, a los novios que ganaban puntos con la amada al llevarle
en cada visita alguna o varias barajitas para los álbumes, distracción muy
extendida en un tiempo sin radio ni televisión, sino puro piano, pianola,
violín, gramófono o victrola. Este regalo barajitero constituía una de las
cosas más apreciadas de las doncellas y de matronas igualmente, tal como las
postales románticas, para guardar en álbumes pletóricos de piropos,
dedicatorias y madrigales. Las barajitas contribuyeron mucho en el acercamiento
amoroso de los pretendientes que no tenía acceso a las casas de las
muchachas...”.
Marco Tulio Socorro, en su blog Blungún, señala el coleccionismo de
barajitas como una práctica común en aquellos tiempos, tal como lo reseñaba
Aquiles Nazoa en su obra Caracas física y
espiritual:
Coleccionar las barajitas que circulaban en
las cajetillas de los cigarrillos Fama de Cuba, fabricados en Caracas por la
tabacalera de Pérez y Morales, fue uno de los entretenimientos caseros que
apasionaron a los caraqueños de 1900. Las barajitas traían las fotografías en
colores de las personalidades mundiales más resaltantes de la época, desde
bellezas célebres y reyes hasta toreros de fama, así como obras de
arquitectura, animales raros, barcos y niños de todos los países. Para
coleccionarlas la fábrica suministraba un álbum hermosamente decorado. (Un domingo en la
Venezuela de 1900, 06/11/2011)
Cromo obsequiado por la marca
de cigarrillos Carta Blanca.
Efectivamente, se
editaban sobre diferentes temas: taurinos, cine, boxeo, béisbol, geografía,
banderas, entre otros, según refiere Misle. Así, la oferta de obsequios insertos
en las cajetillas de cigarrillos -como lo harían después las de otros
productos- era variada: Aguila Roja presentó a clásicos poetas nacionales como
Andrés Bello, Rafael María Baralt y Pérez Bonalde, con fragmentos de La Oración por todos, Tierra del Sol Amada
y La Vuelta a la Patria,
respectivamente.
Luis Bigott distribuyó
fotos de los jugadores de los equipos Royal, Magallanes, Lucana y Latinos en
las cajetillas del popular cigarrillo Diana.
La marca Capitolio, por su parte,
presentó la temporada taurina de 1936, a raíz de la muerte del general Gómez. Las
fotos para estas barajitas de tauromaquia se le encomendaron a Luis Noguera,
mientras que las de beisbol correspondieron a Juan Avilán.
La Compañía Anónima Cigarrera Bigott ofrecía la Serie
Geográfica Universal. La barajita No. 6, correspondía a
La Gran Muralla China, con una breve reseña de la obra
en su reverso, a la cual agregaba el siguiente mensaje:
"Tenga fe en Venezuela y en sus productos".
A principios de 1939 circuló
una serie, a color y en relieve, de importantes sitios
históricos,monumentos y ciudades de toda Venezuela y el mundo. También
siluetadas se ofrecieron algunas con tipos representativos de todos los países,
con sus banderas y trajes típicos.
Vistas hoy en día,
estas maravillosas estampas del pasado mueven a la nostalgia y a la curiosidad.
Todavía se consiguen en buen estado, conservadas por coleccionistas de ocasión,
pero principalmente por abuelitos que las atesoran como recuerdos de juventud.
Algunas son ofrecidas en sitios de venta por internet, los cuales de vez en
cuando miro, con sana envidia, anhelando tener la disponibilidad económica para
sumarlas a mi pequeña colección.
Las actrices de cine Nancy Carroll, Lilian Harvey, Dolly Davis y Brigitte Helm
en barajitas distribuidas por la Compañía Anónima Venezolana del Tabaco, en 1937.
La leyenda posterior en cada una de ellas dice así: "DINERO EN EFECTIVO.
Por cada ciento de estos cupones la "COMPAÑÍA ANÓNIMAVENEZOLANA
DEL TABACO" pagará en su oficina o agencias de la República Bs. 1,50
o por la colección completa de 270 cupones Bs. 25. Válido hasta diciembre 31 de 1937".
Para saber más, puedes
consultar las siguientes referencias:
Caremis.
El maravilloso, educativo y gratuito mundo de las barajitas de antaño. Crónicas
Universales. Diario El Universal, 24 de mayo de 1998.