sábado, 5 de mayo de 2012

Marisela Berti: « Ya no espero nada de la actuación»


Su atractivo se mantiene intacto
(Fuente: Facebook)
A juzgar por las entradas y la participación de sus miembros, la página en Facebook de Marisela Berti es una de las más activas. Lejos de guardar distancia, ella mantiene un contacto abierto y espontáneo con sus seguidores, con quienes comparte anécdotas personales, habla de sus viajes y hasta refiere sus inquietudes personales con respecto a la situación de los artistas en nuestro país. Por ello, cuando se dio la oportunidad, decidí entrevistarla para conocer un poco más acerca de su trayectoria y sus planes actuales.
«Yo no tengo un día típico, porque detesto la rutina», afirmó a través de las respuestas que con una rapidez impresionante me hizo llegar, luego de acceder a concretar esta entrevista a distancia.  «Jamás hago nada que sea a la misma hora, no hago citas —salvo con los médicos—, ni siquiera con la peluquería, porque me gusta hacer lo que quiero en el momento en que me provoca. Si un día se parece a otro entro en pánico. Soy muy libre y suelo romper normas, es parte de mi carácter. Oigo música, leo —últimamente más—, escribo cosas que me pasan por la cabeza, viajo. Me gusta desplazarme, pero todo lo hago solamente si quiero».

¿Cómo ha sido la experiencia de interactuar a través de las redes sociales con su público, después de un retiro tan prolongado?

Las redes sociales me sorprendieron. Entré a Facebook por mi familia, que me lo pidió, y no sé cómo, de repente, tenía la página llena con 5.000 amigos.  Tuve que abrir otra como "Marisela dos Berti Díaz" para poder seguir aceptando las solicitudes que me llegan. Diariamente recibo entre 15 y 10 solicitudes, les contesto en mensaje privado pidiéndoles que me busquen en la otra página para poderlos aceptar. Me siento comprometida con esta gente que todavía me recuerda con cariño después de 20 años fuera del medio.

Marisela Berti Díaz nació en Maracaibo un 9 de septiembre y pertenece «a uno de los matriarcados más arrechos de Venezuela. En mi casa escasearon los hombres, mi papá se murió cuando yo tenía 5 años, mi abuelo paterno murió antes de que yo naciera, al materno no lo veía con frecuencia porque mi abuela se separó de él; de manera que mi familia era así: abuelita (que realmente era mi bisabuela), mamacita (que era mi abuela materna), mamá (que era mamá y papá), cinco hermanas y un chorro de tías consentidoras que nos daban todo el cariño y la atención»(1). 

¿Cómo influyó ese entorno femenino en su desarrollo personal y profesional?

Bueno, yo digo que no tengo problema con esto; más bien mis parejas lo han tenido. No soy la típica mujer que espera que un hombre le resuelva la vida, siempre asumo posiciones sin ver a los lados.

Fuente: Monarcas de Venezuela
¿Qué conserva de sus raíces zulianas?

De mis raíces zulianas, conservo todo, soy maracuchísima, aunque me crie en Caracas. Estaba tan chiquita que ni tengo recuerdo de ese momento, pero mi familia, al ser toda de allá, me hacía sentir la cercanía de todo lo zuliano, música, comida, dichos, forma de hablar, acento, etc.

En 1971 concursó en el Miss Venezuela representando al estado Nueva Esparta. Allí calificaría como cuarta finalista, pues ese año la corona sería para Miss Carabobo, Bella La Rosa. ¿Tuvo que ver su participación en este concurso de belleza con algún interés en entrar al mundo artístico?

Entré al concurso por vaga. Era un momento de mi vida en el que no sabía qué quería hacer.  Me convencieron María de las Casas y Margot Domínguez, entonces coordinadora del concurso. No es algo importante en mi vida, es una anécdota, una experiencia de la cual podría prescindir. No lo hice para entrar en la televisión; sin embargo, alguien  de la televisión me vio y me ofreció entrar en ella.

Usted misma comentó que en el año 1971, en una estación de gasolina en Las Mercedes donde casualmente coincidieron, el actor Miguelángel Landa le pidió su número de teléfono para llamarla a participar en un nuevo programa de comedia en Radio Caracas Televisión. ¿Cómo se sintió ante ese compromiso, al no tener ninguna experiencia como actriz?

Bueno, me sentí llena de miedo, pero mi juventud y las ganas de encontrar algo que me gustara me hicieron aceptar el reto. Fue lo mejor que pude haber hecho, conseguí lo que quería ser: actriz. Encontré en esa oportunidad la mejor escuela; allí había puro “cuarto bate” y todos me acogieron y me ayudaron. Para ellos guardo todo mi agradecimiento y mi más grande amor.

En sus inicios en la TV (Fuente: RCTV)
Yo empecé en la televisión en "Él y Ella", un programa de comedia. Hacía pequeños papeles y de allí pasé a las telenovelas, también en pequeños papeles; si bien en "Él y Ella" tuve mis primeros maestros, al pasar a las telenovelas la plantilla de maestros se amplió; todos los primeros actores de Radio Caracas se ocupaban de darme sus mejores consejos. No era raro verme con los libretos pidiéndole a Tomás Henríquez, a Carlos Márquez, a Rafael Briceño, a Amalia Pérez Díaz y a muchos más que me ayudaran. Soy actriz por intuición, he sido dedicada; cada vez que me asignaban un papel, investigaba sobre la psicología de ese personaje. Me divertía cambiarme físicamente buscando diferenciarlo del anterior trabajo. Lo que más me costó fue que me asignaran papeles donde lo más importante no fuera mi físico, donde pudiera demostrar mis dotes histriónicas. Me costó pero lo logré.

Tuvo la suerte de ser partícipe de la evolución de la telenovela venezolana, desde sus roles en dramáticos del llamado género “rosa” hasta el momento estelar de la “telenovela cultural” durante la década de los 70.

Ese cambio fue increíble y positivo. A mí, en lo particular, me hizo mejor actriz.

¿Cómo llega al papel de Marisela en Doña Bárbara, seguramente uno de los más codiciados por otras actrices de la época?

Llegué por los méritos que hasta entonces había acumulado y fue un premio a mi perseverancia y dedicación.




En La señora de Cárdenas, usted asumió el personaje de Fanny, quien era la amante del protagonista, Alberto Cárdenas. No era ésta una villana estereotipada, pues creo que por primera vez la amante era presentada como lo que muchas veces es: una mujer enamorada del hombre equivocado. Era un rol arriesgado. ¿Cómo fue la receptividad del público y cómo abordó este papel tan complejo?

La señora de Cárdenas es un hito en la televisión venezolana. Aunque estaba dentro del género de la telenovela, era una historia creíble, con valores reconocidos nuestros y propios de la época que vivíamos. Fue la primera hecha por uno de nuestros escritores más importantes, José Ignacio Cabrujas, quien puso un lenguaje venezolano y contemporáneo en boca de los actores. Nos hizo ser más convincentes y sumó a un público que nunca había visto telenovelas porque les parecían absurdas. Abordé ese papel con alegría porque era una situación que se vivía y se sigue viviendo a diario. El problema de las telenovelas no es moral, lo que importa es cómo se aborde. En las novelas tradicionales, por darles un nombre, se vale todo: la gente mata, chantajea, extorsiona, regalan a los hijos, los protagonistas pasan por un sin fin de cosas, pero todos saben que quedarán juntos, de manera que las situaciones rayan en lo absurdo. La primera novela donde esto no fue así fue La señora de Cárdenas.

¿Podría recordar en qué momento se sintió capaz de darle vida a un personaje que tal vez fuese totalmente opuesto a su personalidad y hacerlo creíble?

No puedo recordar esto con precisión de fechas ni de tiempo. Fue un proceso largo y continuo de crecimiento, pero insisto en que el hacer novelas como Doña Bárbara, Canaima, La señora de Cárdenas, entre otras, me hicieron ser mejor actriz.

Se enfrentó profesionalmente a algunas de las mejores actrices de su generación: Doris Wells, Marina Baura, y salió airosa. Sin embargo, la protagonización siempre le fue esquiva…

la actriz Marisela Berti siempre fue
una mujer atractiva (Fuente: Internet)
Hay un concepto establecido en la televisión que es agrupar a la gente como protagonista, contrafigura, actor de reparto o primer actor. Esto nunca me preocupó; quería ser actriz, no protagonista, que es una circunstancia. Yo protagonice junto a Mariale (Marialejandra) Martín y Amalia Pérez Díaz “Las Carmenes" (Carmen Querida, 1990), de Salvador Garmendia. Las protagonistas eran tres mujeres que pertenecían a tres generaciones. Tengo una anécdota que me pasó en Radio Caracas y fue cuando me ofrecieron ser la protagonista del espacio del mediodía y yo lo rechacé porque consideraba que hacer "La balandra Isabel llegó esta tarde", con un papel que era la esposa de Miguelángel Landa, me brindaba una oportunidad de desarrollarme más como actriz que ser la protagonista de una novelita rosa al mediodía, sin ánimo de descalificar nada. Los ejecutivos me miraron como una loca; nadie entendía mi decisión, pero fue lo que hice y no me arrepiento.

Como anécdota laboral contó que una vez fue despojada de un papel que ya le habían asignado, debido a que su protagonista no la quería en el elenco. ¿Considera que pudo haber tenido fama de difícil o conflictiva dentro del medio?

No sé si tengo fama de difícil o conflictiva en el medio. Si alguien lo ha dicho no es en mi cara; de lo que sí tengo fama es de buena compañera y buena profesional. Como persona siempre he asumido una posición ante las injusticias y las faltas de consideración y de respeto. No soy de las personas que le teme a ésto por temor a que la califiquen de problemática. Si me pones a escoger, prefiero estar en este bando que en el de los indiferentes, quienes son responsables directos de tener un gremio tan devaluado y maltratado.

Es una de las pocas que ha reconocido públicamente como positiva la intervención del Estado en la industria televisiva durante la llamada Cuarta República. Me refiero específicamente a la exigencia del Ministerio de Comunicaciones durante la primera presidencia de Rafael Caldera para elevar la calidad de las telenovelas. ¿Qué cambios sustanciales se produjeron en esa época?

Los cambios fueron muchísimos y nos beneficiamos todos.

Muchas personas, entre las que me cuento, consideran que la televisión desaprovechó sus capacidades histriónicas, ante la naturalidad y convicción con la que interpretaba sus personajes.

No creo que la televisión me haya desaprovechado en lo absoluto, no sé a qué te refieres, puesto que mis trabajos todavía son recordados por el público de manera constante y conmovedora. Radio Caracas me dio todas las oportunidades que podía, me trató siempre con respeto y consideración; no hubiese permitido que fuese de otra manera. Siempre estuve mejor remunerada incluso que muchas que protagonizaban, me dio mi primera oportunidad en el extranjero enviándome a Puerto Rico para hacer una novela. Fue una bella oportunidad, además de muy bien remunerada, pues a mí me seguían pagando mi sueldo de exclusiva en Venezuela y en Puerto Rico tenía otro sueldo, casa y carro. Fui de las primeras personas que trabajó en el extranjero, después de José Luis Rodríguez y de Alejandra Pinedo. No, la verdad sería injusto decir que Radio Caracas o la televisión me desaprovecharon.

Luego de participar en el momento estelar de la telenovela cultural, debió volver a las historias rosa. ¿Cómo asumió esa situación?

Muy mal, pues ya había probado lo bueno y es muy difícil volver atrás cuando has tenido el privilegio de avanzar, "p’atrás ni para coger impulso". De manera que cuando esto volvió, yo empecé a sentir que ya no tenía nada que hacer allí. 


El trabajo dejó de ser atractivo. Ya no me gustaba, la mística se estaba yendo p’al carajo, la calidad de todo empezó a decaer. Ya no era feliz haciendo lo que hacía.

¿Qué diferencia considera que existe entre las producciones dramáticas de su época y las actuales?

Diferencias todas, no creo que tenga más que agregar.

En Venezuela la trayectoria de un artista no vale nada 

A raíz de su matrimonio con Chucho Avellanet, en la década de los 80, Marisela Berti se radicó en Puerto Rico y allí participó activamente en el medio artístico de ese país. Sin embargo, luego de su matrimonio con Mauricio Wallerstein, se retiró prácticamente del medio. ¿Qué cambió entre una y otra situación?

Caramba, mi experiencia en ese hermoso país que es Puerto Rico fue única. En los 10 años que allí viví me desarrollé más como persona y como artista que los que tenía de vida. Puerto Rico es y será un hito en mi vida, un antes y un después. Le debo a los puertorriqueños el ser mejor persona, no tengo con qué pagarles el amor que me dieron, cómo me recibieron y me permitieron integrarme a ellos. Siempre me sentiré en deuda con ese país y su gente. Es mi segunda patria, pero no de boca sino de corazón. Después llegué de nuevo a mi país, me divorcié de Chucho Avelllanet y volví a trabajar en Radio Caracas. Quizá lo que cambió fue que ya tenía otra edad, que ya venía de regreso de muchas cosas, que ya no me encandilaba tan fácilmente y que había aprendido a valorar a mi familia, que es lo más importante que tengo, mi verdadero éxito, mi única protagonización que deseo y aprecio. Así que al volver a casarme y tener otro hijo, lo que quise fue darle continuación a lo que ya había vivido en mi primer matrimonio, le di y le sigo dando prioridad a mi familia y no me he arrepentido nunca de esta decisión.

La actriz en uno de sus recordados personajes de la TV
(Fuente: Internet)
En una nota publicada en su página de Facebook hace cierto tiempo aseguraba: “Venezuela es el único país donde existe una Casa del Artista que no sirve para nada, ni ahora ni antes, o al menos para lo que debería existir…”. Allí expresó su descontento por la manera, a su juicio mezquina, en que esta institución había sido manejada, sin desarrollar iniciativas para mejorar las condiciones del gremio. De hecho, ha ido más allá y fue promotora en diciembre de 2011 para recoger firmas entre sus allegados que condujeran a la introducción formal ante el Ministerio del Trabajo para obtener el derecho a la  seguridad social y otros beneficios para los artistas nacionales…

Toda mi vida he tenido conciencia social. Toda mi vida he ayudado a los que no han tenido la suerte que yo tuve, lo mamé de la teta con mi abuela, la mujer más generosa que he conocido. También tengo derivado de esto una gran conciencia gremial, nunca dejé de protestar cuando veía a un compañero mal porque mi posición fuera privilegiada y aunque siempre he luchado por esto, jamás he logrado lo que quiero. Pienso que es vital, pero nunca dejo de intentarlo y de sumarme sin peros cuando alguien toma la iniciativa, como sucedió con Mimí Lazo y Luis Fernández en esta oportunidad. La peor diligencia es la que no se hace, decía mi abuela. Mandamos una carta al Presidente para que haga viable una ley que proteja socialmente al artista; la firmaron muchísimos artistas. No sé si se logrará, pero me gustaría antes de morir ver este problema resuelto.

Para quienes deseen oír en la propia voz de Marisela sus opiniones sobre este tema, les dejamos un extracto de la entrevista realizada por Orlando Urdaneta en su programa Aquí entre nos, en Globovisión, en la década de los 90:



También hizo una afirmación muy dura: “En nuestro país la trayectoria no vale nada, vale tu cuerpo y tu cara mientras eres joven, pero tu calidad artística, tu talento, tu trayectoria, eso no le importa a nadie”.

Claro que la trayectoria no vale nada en Venezuela. Me baso en la cantidad de compañeros que han terminado sus días en la oscuridad sin ningún reconocimiento, olvidados. La industria de la televisión los "entierra en vida” de manera que cuando ya mueren de verdad nadie se entera. En parte por ellos es que lucho, deberíamos ser más agradecidos con los que nos abrieron el camino.

Se ha comentado que usted ha mantenido una relación en ocasiones "tirante" con la llamada prensa de farándula en nuestro país. ¿Cómo ve la actuación de los medios en la carrera de un artista, quien obviamente requiere de una proyección para ser más conocido por su público?

Primero que nada debo decir que tengo muy buenos amigos periodistas, que siempre me han respetado y valorado y que les debo mucho de mi carrera, porque siempre me ayudaron con sus críticas, buenas o malas, sobre mi trabajo; mis respetos para ellos. Para los que no están en este grupo, que son los que se dedican a resaltar la vida privada de los artistas y, más que privada, que se solazan en inventar historias retorcidas sobre mis compañeros, ni los respeto ni me interesan como personas ni como periodistas. Yo quiero ser conocida por mi trabajo como actriz, no porque un periodista que no le soy de su agrado, diga que soy puta o que un compañero mío sea calumniado sin ninguna razón. Conmigo no va eso de “que hablen, aunque sea mal"; para mí eso no es periodismo.

Ahora se encuentra viviendo en México, junto a su esposo, el cineasta Mauricio Wallerstein, en un sólido matrimonio de dos décadas. Lleva más de 16 años fuera del medio, dedicada a su familia, conformada por sus dos hijos, uno de ellos casado, viviendo en Puerto Rico, quien recientemente la hizo abuela. ¿Considera que la decisión de apartarse de la actuación ha sido positiva?

Sí, hasta ahora ha sido positiva. He visto crecer a mis hijos, he disfrutado de mi pareja, de mis amigos y hasta de mis momentos de ocio, cosa que de seguir en la televisión no hubiera podido hacer.

¿Se ve a sí misma como una actriz retirada o en permanente espera de un papel adecuado a sus exigencias?

Ya no espero nada en el terreno de la actuación; sin embargo, Luis Fernández tuvo la amabilidad de acordarse de mí y me ofreció un papel en una obra de teatro que se llama High. La verdad es que el papel me iba perfecto, parecía escrito para mí, pero no me decidí. Era mucho tiempo lejos de la familia y decliné esa bella invitación. Sin embargo, él y Mimí quieren que haga el personaje de La Caimana en A 2,50 la cuba libre y este si lo haré, puesto que no me obliga más que uno o dos fines de semana.

¿Qué mensaje daría usted a los jóvenes que aspiran a desarrollar una carrera actoral?

El mismo que le doy a mi hijo menor, que quiere ser actor: que se prepare, que se vaya a estudiar a Londres o a New York, donde hay las mejores escuelas. El mundo cambió y la competencia cada vez es más grande. Además, creo que el cine y el teatro son las áreas donde mejor se puede desarrollar un actor, la telenovela cada vez deja más que desear.

Las profecías de Amanda (Pastor Vega, Cuba, 1999), una de los últimos trabajos de Marisela Berti:


(1) La afirmación la hizo a Esperanza Márquez para Son y Sabor, diario Tal Cual (31/10/2010)

1 comentario:

  1. muy bonita tu entrevista.Marisela me alegro de saber que estas bien que tienes una relacion estable.y lo mas importante tienes 2 regalos maravillosos que te dio dios :tus hijos.muchas bendiciones para ti y los tuyos.te queremos y te recordamos aqui en venezuela.un abrazo

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